martes, 19 de enero de 2016

Domingo III del tiempo ordinario, ciclo C - Lc 1,1-4; 4,14-21

Sinagoga en Jerusalén
Jesús, según la costumbre judía, asiste a la liturgia de la sinagoga del sábado. Después de las lecturas bíblicas, Jesús, seguramente en pie, como era costumbre, comenta dichos textos, y lo hace con una sabiduría, con una profundidad, con una novedad que produce admiración entre los que lo escuchan.

La escena es de una intensidad máxima: Jesús está proclamando que la esperanza de Israel ha tenido respuesta, una respuesta que se ha hecho actualidad, buena noticia en ese mismo momento: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros. La admiración de los presentes surge de una forma espontánea.

La actualidad de la Palabra de Dios se hace presente. El texto que ha leído del profeta Isaías habla de una Buena Noticia para los pobres, habla de libertad para los cautivos y oprimidos, habla del fin de la ceguera humana..., en fin, de un año de gracia, de un año jubilar. La noticia, el evangelio que proclama es «revolucionario», implica un cambio radical en las relaciones humanas, significa una acción poderosa de Dios..., y eso está ocurriendo hoy, ahora. Esa buena nueva sigue siendo actual: en este momento  la novedad del mensaje de Jesús se está haciendo presente entre nosotros. ¿Somos conscientes?

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