miércoles, 26 de diciembre de 2012

Fiesta de la Sagrada Familia - Lc 2,41-52

Bar Mitvá en el muro occidental del
antiguo Templo de Jerusalén
La imagen que nos sugiere el evangelio de Lucas de la familia formada por Jesús, María y José es la de una familia judía religiosa. Suben de peregrinación a Jerusalén a celebrar la Pascua, la fiesta más importante del Judaísmo: la liberación del pueblo de Israel por la acción poderosa de Dios. Y, probablemente, aprovechan que Jesús ya tiene doce años para celebrar su Bar Mitvá, la ceremonia de la mayoría de edad religiosa de los niños judíos, en la que leen por primera ver públicamente la Torá, la Palabra de Dios.

Lo primero que nos insinúa el texto es cómo debemos vivir nuestra religiosidad en el ámbito de la familia, lo importante que es cuidar –siempre que sea posible– los momentos religiosos importantes, con sencillez. Y el papel primordial que tiene la familia en la educación de los hijos, en crear un ambiente religioso. Por otro, complementario del anterior, la exquisitez en considerar la Palabra de Dios central en la vida personal y familiar: Jesús la lee y comenta en el Templo, María la conserva en su corazón, José –con toda probabilidad– la recita diariamente en familia.  

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