lunes, 6 de diciembre de 2010

Fiesta de «La Inmaculada Concepción de María» - Lc 1,26-38


«Para Dios nada es imposible» Esta respuesta del ángel a María, en el evangelio de hoy, puede tener varias lecturas posibles. Una de ellas podría ser: Dios lo puede todo, puede con su sola palabra cambiar todas las cosas, solucionar todos los problemas, variar los acontecimientos del mundo y de la historia, acabar definitivamente con el mal en el mundo. En cuantas ocasiones nuestra oración busca la respuesta de un dios así. Y cuando ese dios no nos responde como a nosotros se nos antoja, nos revelamos o le negamos. Pero, ¿el Dios de Jesús y de María y de las primeras comunidades cristianas es ese dios?

La lectura que hace el evangelista, y también María, de la afirmación «para Dios nada es imposible» es diferente. Dios cuenta con nosotros para ejecutar su plan de amor en el mundo. Quiso depender de María, de su sí. Como quiere depender en tantísimos momentos de nuestra respuesta personal y comunitaria. Su forma de actuar es normalmente así, a través de nosotros débiles seres humanos. Aunque, eso sí, contamos con Él; siempre está a nuestro lado, como lo estuvo al lado de María: con Él lo podemos todo. Nuestra confianza es que para Él «nada es imposible», pero curiosamente, sólo será posible a través nuestro.

1 comentario:

  1. Intento dar mi si todos los dias,pero humanamente flaqueo cada segundo.Doy gracias a DIOS POR LEVANTARME Y A MARIA SANTISIMA POR INTERCEDER ANTE MI IMPERFECCION.

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