jueves, 1 de noviembre de 2012

Conmemoración de todos los fieles difuntos - Jn 14,1-6

La celebración de «Todos los fieles difuntos» no es ajena a la fiesta del día anterior de «Todos los santos»; de hecho tanto un día como otro el pueblo sencillo y fiel rinde honor a sus muertos con oraciones, flores en los cementerios, actos litúrgicos, recuerdos… Esperamos, desde la fe, que nuestros seres queridos difuntos formen parte del grupo incontable de todos los santos que están gozando del amor inagotable de Dios, conscientes de que en la casa del «Padre hay muchas estancias» y que Jesús les (nos) ha precedido para «preparar el sitio» y que puedan (podamos) estar con Él.

Y es que Jesús es «el camino, y la verdad, y la vida» Él es el genuino, el único camino que a través de la verdad de una existencia auténtica, nos conduce a la Vida con mayúscula. Esa Vida es en la que esperamos y en la que confiamos que nuestros seres queridos están. El amor definitivo, sin límites, es el núcleo de la predicación de Jesús y su plenitud la disfrutaremos en la otra vida, si antes nos hemos comprometido en hacerlo presente.

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