martes, 6 de noviembre de 2012

Domingo XXXII del tiempo ordinario - Mc 12,38-44

Ricos y pobres
«Muchos ricos echaban en cantidad […], de lo que les sobra» «Una viuda pobre echó dos reales […], todo lo que tenía para vivir» Situaciones similares se repiten en la actualidad. Y si no tenemos la sensibilidad de Jesús podemos admirar a los primeros e ignorar o despreciar a los que son como la viuda del evangelio, que en realidad ha echado «más que nadie»

En una situación de crisis como la que estamos padeciendo los actos de solidaridad, de compartir son más necesarios que nunca. Pero, la crisis no es igual para todos: hay unos cuantos para los que ésta pasa prácticamente desapercibida. En cambio, para muchos significa paro, desempleo de varios o de todos los miembros de la familia; pobreza; situaciones desesperanzadoras, cuando no desesperantes; desahucio de sus viviendas; sin perspectivas de futuro… Como comunidad creyente no debemos, no podemos permanecer insensibles, tanto los que tienen más como los que tienen menos, cada uno compartiendo desde sus posibilidades reales, no de lo que nos sobra.

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