viernes, 29 de junio de 2012

Domingo XIII del tiempo ordinario - Mc 5,21-43

El evangelio de este domingo va de mujeres. Junto a Jesús, se convierten en las protagonistas principales de la narración. Dos mujeres: una, con una dolencia mortal, que está atravesando el umbral de niña a mujer (en la cultura judía esto ocurría a los doce años, con las primeras reglas) y otra que está sufriendo, desde hace doce años (no es casual la repetición del número doce), una grave enfermedad que la estigmatiza y aparta de la vida social y religiosa. Ambas son relegadas de las actividades principales por el hecho de ser mujeres; y, en ambos casos, su situación se ve agravada por su enfermedad: están «muertas» socialmente.

Jesús no participa de los prejuicios sociales de su época; en ambos casos las acoge, las sana, las recupera socialmente. Para el Maestro también las mujeres están llamadas a participar de la Buena Noticia del Reino, que no sabe de discriminaciones. El discipulado de Jesús nos hemos de hacer eco de los gestos de Jesús y no permitir ningún tipo de discriminación por ninguna causa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario