martes, 13 de marzo de 2012

Domingo IV de Cuaresma - Jn 3,14-21

Jesús es vida y es luz
Vida y luz son las palabras, las ideas que más se repiten en el evangelio de este domingo. Jesús es vida y es luz. Él ha venido para que tengamos vida, vida en abundancia, vida eterna, vida sin fin. Es su gran gesto de amor. Nos quiere regalar la vida a todos, aún a costa de la suya propia. Su vida y su mensaje son también luz, luz en la oscuridad, en las tinieblas de la vida, en los problemas y dificultades, en los momentos en que no vemos el final del túnel…

Jesús quiere, espera que sus seguidoras y seguidores también irradiemos vida y luz. Somos los mensajeros de la vida, de la esperanza, del consuelo, del sentido de la existencia. No podemos renunciar a este encargo, consustancial al ser cristiano. Nuestro Maestro llegó hasta las últimas consecuencias; nosotros somos sus discípulos. Nuestras palabras y, sobre todo, nuestra vida deben estar al servicio de los demás; hemos de desvivirnos para que los otros vivan; tenemos que comprometernos en que todos los seres humanos vivan una vida digna y plena.

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