martes, 4 de enero de 2011

Fiesta de la «Epifanía del Señor» - Mt 2,1-12


Hoy es un día especial, de intensa ilusión, sobre todo para lo más pequeños. Y hay que explicar a los niños (y a los mayores) que los «reyes magos» sí existen: unos sabios de Oriente, hace más de dos mil años, hicieron un largo viaje a Israel para agasajar y adorar a un niño, y ese niño era el Hijo de Dios. Y desde entonces cada Navidad, en este día, lo celebramos. Es un momento para releer en familia el texto del evangelio de esta festividad. Y es una oportunidad para hacer catequesis sobre el significado profundo de esta celebración: la epifanía o manifestación del Señor.

El narrador nos muestra como un pequeño grupo de personas extranjeras, unos sabios de Oriente, se toman más en serio el acontecimiento del nacimiento del Mesías que los dirigentes políticos e incluso los religiosos de Israel. Estos extranjeros son capaces de hacer un largo camino, de buscar, de investigar… por que tienen «hambre y sed» de verdad, porque están buscando algo o alguien que dé sentido a su existencia. Y se encuentran con Jesús. En cambio los poderosos e incluso algunas (o muchas) de las personas religiosas de siempre no acceden a esa experiencia, están muy ocupados en sus cosas.

Hemos de reivindicar la figura de estos personajes tan singulares, porque nos enseñan que la venida de Jesús, su mensaje, la «Buena Noticia» del Reino de Dios vale la pena; porque no ahorran esfuerzos para encontrarla y cuando lo hacen se arrodillan ante la grandeza de Dios que se manifiesta habitualmente en las cosas pequeñas, en este caso en un niño con su madre. Y ese niño es el Hijo de Dios.

1 comentario:

  1. Javier, tens molta raó en el que dius en el teu article. Els que aparentment sembla que haurien de ser els més interessats en aquest fet són els que no s'interessen, ja que creuen que tenen la veritat amb ells i no veuen l'autèntica veritat.

    ResponderEliminar