jueves, 20 de enero de 2011

Domingo III del tiempo ordinario - Mt 4,12-13

Lago de Galilea
Juan el Bautista ha sido encarcelado. Molestan los testigos de la Palabra de Dios, sobre todo a los poderosos, que se sienten señalados. Y Jesús, por prudencia, se establece «en Cafarnaún, junto al lago (de Galilea)»

Jesús comenzará a predicar la Buena Noticia del Reino en las proximidades de este lago, y desde allí también llamará a seguirlo a sus primeros discípulos. Jesús invita a la conversión, al cambio de vida, «porque está cerca el Reino de los cielos»: una situación nueva exige una actitud nueva.

El mensaje de Jesús, esa Buena Noticia implica la liberación del mal, de todo mal, de toda injusticia; significa estar atento e involucrarse en las necesidades del prójimo, en las «dolencias del pueblo», «curarlas» a ejemplo del Maestro.

Y para eso Jesús llama a sus primeros seguidores, a Simón, a Andrés, a Santiago, a Juan...; como nos llama a cada uno de nosotros y de nosotras. Es una llamada a predicar, a vivir, a testimoniar la proximidad del Reino de Dios, en el que no habrá más injusticia, donde será respetada la dignidad de todos y de todas, en donde todos vivirán la hermandad, como hijos e hijas del único Padre común. Ellos «dejaron (barca, familia, ocupaciones, etc.)... y le siguieron». La pregunta obligada es: ¿Qué estoy yo dispuesto a dejar para hacer posible la cercanía del Reino?

1 comentario:

  1. Que razon tienes, intentemos evolucionar con el cambio de actitudes. Jesus está siempre con nosotros es tan bueno y tan grande saber que esta aquí a tu vera y pese a las visicitudes jamás te abandona, creer en éll es creer en la vida.
    Felicidades por tu proyecto.

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