jueves, 15 de julio de 2010

Domingo XVI del tiempo ordinario - Lc 10,38-42

El evangelista sitúa a Jesús –en la escena del evangelio de este domingo– entrando en la casa de una mujer, de Marta: «Marta lo recibió en su casa». A Jesús no le importa romper esquemas culturales y patriarcales que discriminaban a la mujer. Y allí, como en Él es habitual, proclama la Palabra de Dios, el mensaje del Reino. La diferencia es que en esta ocasión sus discípulos son dos mujeres: Marta y su hermana María.

Las actitudes de estas dos mujeres personifican las características del discipulado de Jesús: el servicio, la escucha y el seguimiento de Jesús. Estas tres disposiciones son requeridas a todo seguidor de Jesús, sea hombre o mujer. Marta no termina de entenderlo. Ella está convencida que, como mujer, lo mejor que puede hacer es servir. Y no se equivoca, pero no es suficiente. Ella, también, al igual que los discípulos hombres, es invitada a escuchar y a seguir a Jesús; como lo está haciendo su hermana María. De igual manera, los hombres también son invitados a servir, además de la escucha y el seguimiento. Toda una lección de igualdad en cuanto a dignidad y a discipulado.

En nuestras vidas, en nuestras comunidades eclesiales, en la sociedad… no siempre queda suficientemente clara esta igualdad proclamada y vivida por Jesús. Nosotros los creyentes estamos invitados a ser los primeros defensores de ella: es la voluntad de nuestro Maestro y Señor.

2 comentarios:

  1. Hola,
    Aplausos por defender la igualdad de la mujer. Estás en minoría entre tus compañeros varones, creo... aunque cada vez que el Vaticano ha adoptado una norma machista, ha habido algunas quejas privadas de obispos. Esperemos que esto cambie, porque es insostenible, como insostenible fue la norma aprobada ayer por el Papa que dicta que ordenar a una mujer sacerdote es un delito tan grave como la pederastia.
    pequeño lapsus. Es Marta la atribulada servidora, y María la que se sienta ante el Maestro. Es que este pasaje ha sido siempre muy meditado por mí, siempre dividida entre las actitudes de Marta y María... (más de Marta que de María, por eso siento como Jesús también me riñe a mi).

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  2. Gracias por trabajar en el areópago moderno de internet

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