martes, 23 de abril de 2013

Domingo V de Pascua - Jn 13,31-33a.34-35


Hoy leemos en el evangelio el «mandamiento nuevo» de Jesús: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros» Pero, ¿dónde esta la novedad de este mandamiento? Ya encontramos en toda la Biblia, desde los textos más primitivos del Antiguo Testamento, diversas llamadas al amor, al amor a Dios y al prójimo. ¿Qué es entonces lo nuevo.

La originalidad la introduce Jesús con la expresión: como yo os he amado. Jesús nos ha amado, nos ama hasta las últimas consecuencias, hasta el extremo. Nos ha amado hasta su entrega a la muerte y muerte de cruz. Es mucho más que el amor como a uno mismo. Va mucho más lejos del amor de correspondencia. Su amor es definitivo. No se detiene ni incluso ante la muerte

Y a este amor es al que invita a todos sus seguidores. Es el distintivo de los que creen en Jesús. Todos los demás mandamientos quedan relativizados ante la novedad de este mandamiento. La medida del amor es desde entonces la del amor de Jesucristo.

2 comentarios:

  1. Antes de Jesús el patrón que calibraba el grado de amor era el que profesamos a nuestra persona, imperfecto a todas luces, pues los espejismos hacen confundir la realidad de las cosas.En nuestro afán en la búsqueda del bienestar eliminamos la cruz en el acontecer diario a la que vaciamos de sentido porque nos incomoda. El modelo que propone Jesús, El mismo, va por otros derroteros, amor a todos sin condicionamientos lo cual introduce el elemento cruz pues no se entiende un amor que eluda el calvario. Lo sabemos perfectamente los padres de familia con respecto a nuestros hijos y todos los místicos que se han adentrado en los pliegues secretos del amor de Dios expresado en su Hijo crucificado. El amor tiene eso que se identifica con la persona amada la cual en cualquier estado y condición siempre se encuentra arropada por el peso de los problemas

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  2. "Al atardecer de la vida te examinarán del AMOR " con mayúscula no de cualquier amor pues no todos encajan en el que propone Jesús en el evangelio de hoy. Con frecuencia en la pastoral nos perdemos en impartir bonitas teorías y abundantes conocimientos sobre las Escrituras y olvidamos diseñar modelos que imiten la vida de Jesús de entrega total al servicio de los demás y no buscando prebendas que nos aupen en la estimación propia Se trata de enseñar cómo encarnar en la vida el mensaje de Jesús el cual nunca presumió de maestro de nadie aunque dejara claro que solo había uno digno de tal NOMBRE

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