jueves, 12 de noviembre de 2009

Domingo XXXIII tiempo ordinario - Mc 13,24-32

Hoy leemos / escuchamos un fragmento del llamado «sermón escatológico», del evangelio de Marcos. Y la primera observación es que no debemos impresionarnos con el lenguaje apocalíptico del texto y descuidar el mensaje de esperanza que encierra.

El profeta Daniel (primera lectura) habla de «tiempos difíciles» y el evangelista de «aquellos días de gran angustia». El contexto, por tanto, de ambos, es de una situación de gran dificultad, de persecución, de injusticia generalizada. La comunidad de creyentes está sufriendo esta situación. Cuantas mujeres y cuantos hombres, también actualmente, soportan condiciones de opresión, de injusticia, de miedo, de tragedia en sus vidas y en la de sus seres queridos…

El mensaje del evangelio es de resistencia y de esperanza. El mal no tiene la última palabra. La historia está en las manos de Dios. Han de resistir, han de luchar. La victoria, al fin, será del bien. Cuantas comunidades, cuantas personas, hoy en día, ven en estos textos bíblicos su consuelo, su fuerza y su esperanza.

1 comentario:

  1. Es de gran consuelo recordar hoy, que todas las dificultades tienen su esperanza en el fin, que Dios nunca se aparta de nuestro lado y que he de amar siempre mi cruz, signo de amor sin limites.
    Toni C.

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