lunes, 24 de julio de 2017

Festividad de Santiago apóstol - Mt 20,20-28

Hoy celebramos la memoria de Santiago, hijo de Zebedeo, que junto a su hermano Juan eran conocidos como los hijos del trueno, por su carácter impetuoso. Fue el primero del grupo de los «Doce» que murió por amor a Jesús, alrededor del año 43 d.C., por mandato del rey Herodes (primera lectura).

En el evangelio escogido para su fiesta no es que queden muy bien parados Santiago y su hermano Juan. La petición que Mateo pone en boca de su madre y Marcos en la de ellos mismos no es de lo más edificante. Es una solicitud de poder, de prestigio, de mando. ¡Muy humano! Pero no cuadra con la buena noticia de Jesús: «No sabéis lo que pedís», les recriminará el Maestro.

Jesús les enseñará otro camino a ellos, al resto del grupo de los Doce y a toda la comunidad de discípulos y discípulas: «el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo» Quien tiene la misión de dirigir en la comunidad cristiana ha de estar dispuesto a servir, a ser esclavo de todas y de todos, a renunciar a cualquier parcela de poder. Y esto no es una declaración de intenciones que queda muy bonito en un discurso, sino una actitud irrenunciable. Incluso cuando significa jugarse la vida por defender a los más débiles, por ser fiel al mensaje de Jesús, como al final hizo Santiago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario