martes, 16 de julio de 2013

Domingo XVI del tiempo ordinario - Lc 10,38-42

La escena del evangelio de este domingo transcurre en la casa de Marta y de María. Jesús es recibido en su hogar por estas dos hermanas. Estas dos mujeres hospedan al Señor, quieren compartir con él la mesa, pero, sobre todo, desean escuchar sus palabras, su mensaje, la Buena Noticia del Reino de Dios.

El narrador presenta a María escuchando atentamente sus palabras, sentada a sus pies. Como una auténtica discípula, en situación de igualdad con los discípulos hombres, escucha, con gran interés, al Maestro Jesús.

Marta, mientras, está sirviendo, desviviéndose por atender también a Jesús. Y protesta porque su hermana no la ayuda.

La respuesta de Jesús no es una crítica del servicio, función que estaba prácticamente reservada a las mujeres. De hecho, en otras ocasiones, pedirá a sus discípulos, hombres y mujeres, una actitud de servicio como distintivo de sus seguidores, sobre todo de los que tienen una función de liderazgo.

Pero ahora quiere subrayar la primacía de la escucha de la Palabra de Dios, de la Palabra de Jesús. Es una actitud necesaria para todos sus seguidores, mujeres y hombres. Sin esa escucha atenta difícilmente se puede seguir el camino de Jesús.

1 comentario:

  1. MARTA MARTA TE INQUIETAS POR TANTAS COSAS Y SOLO
    UNA ES IMPORTANTE MARIA ELIGIO LA MEJPR PARTE QUE NO LE SERA QUITADA. LAS HORAS DEDICADAS A JESUS NO TIENEN PRECIO.

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