lunes, 18 de marzo de 2013

Festividad de san José - Mt 1,16.18-21.24a


Los pocos textos de los evangelios en que aparece José, esposo de María, son suficientes para hacernos una idea de que es un hombre de Dios por los cuatro costados.

Es un hombre fiel a la voluntad de Dios, una voluntad no siempre comprensible ni fácil. Es una persona de una fe robusta, de una esperanza sin fisuras, de un amor de donación hasta las últimas consecuencias.

Los evangelios de la infancia nos mostrarán a un personaje que pasa casi desapercibido. Él es el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Pero, su papel aparentemente secundario será de una importancia vital: estará al lado de Jesús durante todo el tiempo de su crecimiento. Se preocupará, junto con María, de su cuidado, mantenimiento y educación. Le enseñará los primeros rudimentos, le introducirá en el conocimiento de la Palabra de Dios, le iniciará en los auténticos valores humanos y religiosos y, sobre todo, le amará como un buen padre. Pero sabrá guardar siempre un segundo plano, sin pretensiones, sin buscar el prestigio personal.

Cuánto deberíamos aprender de este hombre sencillo, pero plenamente abierto a la voluntad de Dios y al bien de toda la humanidad.

1 comentario:

  1. El Señor continua todavía hoy manifestando todo su Amor para los hombres, todos los hombres, y quiere servirse de todos y cada uno de nosotros,....estemos donde estemos y seamos quienes seamos,....Como José no le defraudemos!

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