jueves, 11 de agosto de 2011

Domingo XX del tiempo ordinario - Mt 15,21-28

Junto a Jesús, la protagonista de la narración de este domingo es una mujer extranjera. El evangelista subraya su fe, una fe que se traduce en una súplica insistente y confiada. Una plegaria que nace de su amor de madre hacia su hija gravemente enferma, sometida al mal. Una oración desde el dolor, pero también desde la esperanza.

Su fe deberá pasar la prueba de la aparente despreocupación de Jesús hacia su problema; incluso su supuesto rechazo. Prueba superada, podríamos afirmar. Ella está plenamente convencida que Jesús puede ayudarla, a pesar de todo; confía en su bondad, en su amor hacia todos. Jesús alabará públicamente la fe sincera y profunda de esta mujer. Y se obrará el milagro; su oración es escuchada; su hija recobrará la salud.

La lección del evangelio es clara. Esta mujer que no pertenece al grupo de los seguidores de Jesús, extranjera, que estorba a los discípulos: «atiéndela, que viene detrás gritando», mostrará una fe mayor que muchos de ellos.

La oración confiada, incluso en momentos desesperados, sólo puede nacer de una fe adulta, madura. Y nos encontramos con sorpresas: tienen esa fe personas que a veces rechazamos por diversos motivos: sociales, étnicos, religiosos, etc. Y a nosotros, en cuantas ocasiones, nos falta.

2 comentarios:

  1. Si... "escuché" y medité esa Lectio... Las apariencias engañan o pueden engañarnos. Podría parecer que Jesús la rechaza o la ignora, y no es así.
    Los Maestros tienen formas inhabituales de enseñar muchas veces... Y en esta ocasión se demuestra que Jesús lo que hace es poner a prueba su FE, su intensidad de confianza,ese vaciarnos de nosotros, de nuestros recursos limitados que en muchas ocsiones nos hace falta paraabrirnos a SU PRESENCIA, SU AYUDA, SU MANO...

    Un fuerte abrazo, querido Javier... y buen verano!!

    Carmen
    www.padmakarma.es

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  2. Una bella y gran prueba de Fe y Esperanza por parte de esa madre y una muestra más del Amor con que el Padre a través de su Hijo nos atiende en cada una de nuestras necesidades.

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