Oración del Padrenuestro, en arameo y hebreo |
Jesús enseña a orar a sus discípulos.
Les muestra que Dios es un Padre que siempre escucha, y nos da lo mejor: el
gozo del Espíritu.
La oración del Padrenuestro es
una plegaria de confianza: es Dios quien santifica, quien perdona, quien
preserva del mal, quien nos proporciona el pan de la unidad, quien puede hacer
posible que el Reino de Dios se haga presente en este mundo.
Pero, al mismo tiempo, esta
oración implica una respuesta nuestra, una responsabilidad de la comunidad
cristiana: la plegaria insistente y esperanzada, el compromiso por hacer
presente los valores del Reino, el compartir el pan cotidiano, la
disponibilidad siempre al perdón (como condición necesaria para recibir el
perdón de Dios), la lucha para que el bien prevalezca sobre el mal.
El rezar el Padrenuestro significa
fiarse de Dios, pero también el estar dispuesto a vivir las exigencias de esta
oración. Si no considero a cada hombre y a cada mujer mi hermano o mi hermana
no he entendido lo que estoy orando. Si no me preocupa y ocupa sus necesidades,
materiales y espirituales, no tiene sentido lo que repito diariamente: no puedo
estar indiferente cuando tantos no tienen que comer, o duermen y viven en la
calle, o están desesperanzados o desesperados, o padecen tantas angustias e
incluso la muerte por buscar una vida mejor en nuestro egoísta Occidente...
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