lunes, 21 de septiembre de 2015

Domingo XXVI del tiempo ordinario, ciclo B - Mc 9,38-43.45.47-48

En la línea de los textos del evangelio de Marcos leídos las semanas anteriores, los discípulos no acaban de comprender el mensaje de Jesús.

Esta vez la polémica viene porque han encontrado a alguien que actuaba en nombre de Jesús, pero «no es de los nuestros». Tienen una mirada estrecha; defienden sus intereses de grupo por encima de todo, incluso de los gestos de bondad, si quien los realiza es alguien extraño a la comunidad. La perspectiva de Jesús no admite esas estrecheces de miras. El don del Reino de Dios no es excluyente, nada tiene que ver con grupismos, aunque sean eclesiales. Todos, todas están llamados a participar de la «Buena Noticia» de Jesús.

El mensaje de Jesús es inclusivo, abierto a todos y a todas: «El que no está contra nosotros está a favor nuestro» Jesús advierte contra una eclesialidad que ve enemigos en cualquiera que piensa distinto; incapaz de descubrir bondad, «ráfagas» del amor de Dios en alguien que no es de los nuestros. Hemos de cambiar nuestra forma de ver las cosas, de juzgar a las personas. Podemos encontrar «semillas» del Reino donde y en quien menos nos pensamos.

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