En el evangelio de este domingo Jesús encomienda al grupo de
los Doce la primera misión apostólica. Los envía «de dos en dos». Es mucho más
fácil cualquier encargo misionero, apostólico, catequético… cuando cuentas con
la ayuda de alguien, cuando tienes la posibilidad de compartir alegrías y adversidades,
éxitos y fracasos. También posibilita el testimonio comunitario, eclesial. No
podemos perder nunca de vista que nuestra labor no puede ser nunca
individualista, la perspectiva eclesial es ineludible.
La tarea que les encarga Jesús es la de predicar y la de
curar las enfermedades del cuerpo y del alma. La palabra siempre ha de ir
acompañada de gestos. Los gestos, los hechos también «hablan» de la buena
noticia del Reino. Una vida que no responde a lo que se predica no convence.
La preocupación por las necesidades del prójimo siempre ha formado parte del
anuncio evangélico; con una unión indisoluble.
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