Cada año, dentro de las celebraciones navideñas, hay un
«hueco» para recordar que Jesucristo, el Hijo de Dios, no sólo se hizo un ser
humano como nosotros y nosotras, sino que lo hizo en el seno de una familia.
Todas las lecturas de este domingo nos «hablarán» de la familia. La «familia de
Nazaret» será la familia de Jesús durante un período largo de su vida: Él,
María y José.
El evangelio de Lucas nos narra cómo la familia de Jesús es
una familia fiel a las tradiciones religiosas de su pueblo. En la visita de los
tres al Templo de Jerusalén, siendo Jesús aún un bebé, se encuentran con dos
personajes peculiares: Simeón y Ana. Ambos son ancianos, pero fieles al Señor.
Y los dos saben «ver» en este niño pequeño la respuesta a las esperanzas del
«pueblo de Dios». Sólo las mujeres y los hombres de Dios saben «leer» la
voluntad divina en los acontecimientos más sencillos aparentemente.
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