martes, 15 de julio de 2014

Domingo XVI del tiempo ordinario, ciclo A - Mt 13,24-43

Seguimos con las parábolas del cap. 13 del evangelio de Mateo. En las parábolas de este domingo dos de ellas continúan con el tema de la siembra y la tercera habla de una mujer que amasa harina con levadura. Jesús es un gran pedagogo y sus enseñanzas van dirigidas a mujeres y a hombres y, por eso, utiliza ejemplos en sus parábolas con  las que sus interlocutores se puedan sentir identificados.

Las tres comienzan con la misma frase: «El reino de los cielos se parece…» Jesús nos quiere hablar de cómo es este Reino que ya ha comenzado aquí, pero que alcanzará su plenitud en el futuro.

Nos propone no hacer juicios precipitados sobre los miembros de la comunidad o de la sociedad en general, de no caer en la tentación de condenar tan alegremente como con frecuencia hacemos: «Al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega». Ese reino de los cielos también «se asemeja a un grano de mostaza», primero muy pequeño, pero después se convierte en un gran arbusto (no un gran árbol como eran los cedros del Líbano), donde «vienen los pájaros a anidar en sus ramas», donde todos y todas pueden cobijarse, sentirse acogidos. Pero, al mismo tiempo, se parece a la levadura que una mujer amasa con tres medidas de harina (una cantidad muy exagerada, equivalente a 40 Kg.); la buena noticia del Reino, aunque parezca casi invisible o insignificante es capaz de transformar el mundo, la sociedad, el corazón de las personas.

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