lunes, 23 de junio de 2014

La Natividad de san Juan Bautista - Lc 1,57-66-80

Río Jordán
Hoy celebramos el nacimiento de Juan Bautista. El texto evangélico nos comenta que, desde niño, el Señor estaba con él: Dios lo ha elegido, desde el seno materno, para ser el precursor de Jesús.
          
Cada uno de nosotros y de nosotras también hemos sido escogidos, desde toda la eternidad, para llevar a cabo una misión. De la misma forma que ante el nacimiento del Bautista, la misma pregunta o similar se suele hacer ante el nacimiento de cualquier bebé: «¿Qué va a ser este niño?», ¿o esta niña? Dios –que nos ama desde antes de ser concebidos, desde siempre– ya ha «pensado» esta cuestión. 

Cada persona es amada individual, personalmente por Dios. Él nos conoce, sabe de nuestras circunstancias, no ignora nuestras virtudes y nuestras debilidades… Y cuenta con nosotros, con cada uno y cada una personalmente, para hacer posible su plan amoroso, eterno, para el bien, para la felicidad de la Humanidad. Yo puedo, libremente, aceptar esta invitación que me hace, puedo dar sentido a toda mi existencia, hacer que mi vida sea útil, porque es querida por Dios, porque tengo una tarea trascendental que cumplir, porque nadie puede hacer lo que a mí personalmente se me ha encomendado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario