martes, 22 de abril de 2014

Domingo II de Pascua - Jn 20,19-31

El tema de la paz es una constante en el evangelio de este segundo domingo de Pascua. Jesús comunica en tres ocasiones la paz a sus discípulos: «Paz a vosotros». Y junto a esta paz singular que trae Jesús están la fe («dichosos los que crean sin haber visto»), el perdón amoroso («a quienes perdonéis los pecados les quedan perdonados») y la alegría plena («se llenaron de alegría al ver al Señor»). Constituyen todo un elenco de dones que Jesús da gratuitamente a todo aquel o aquella que participa del regalo de su resurrección. Dones que son más preciosos que el oro, como afirmará el autor de la primera carta de Pedro, referido a la fe (segunda lectura), pero que se puede hacer extensivo al resto de dones. No sé hasta qué punto somos conscientes de esta realidad y la gozamos personal y, sobre todo, comunitariamente.

La primera lectura, de los Hechos de los apóstoles, nos narra lo que ha significado la vivencia de estas realidades en la primera comunidad cristiana. Se ha traducido en testimonio ante el mundo de unidad, de compartir, de alegría, de oración, de participación en la Eucaristía, de escucha atenta de la Palabra de Dios… 

Toda la liturgia de este día nos invita a vivir con intensidad esta misma experiencia. ¡Vale la pena!

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