martes, 10 de julio de 2018

Domingo XV del tiempo ordinario, ciclo B - Mc 6,7-13

En el evangelio de este domingo Jesús encomienda al grupo de los Doce la primera misión apostólica. Los envía «de dos en dos». Es mucho más fácil cualquier encargo misionero, apostólico, catequético… cuando cuentas con la ayuda de alguien, cuando tienes la posibilidad de compartir alegrías y adversidades, éxitos y fracasos. También posibilita el testimonio comunitario, eclesial. No podemos perder nunca de vista que nuestra labor no puede ser nunca individualista, la perspectiva eclesial es ineludible.

La tarea que les encarga Jesús es la de predicar y la de curar las enfermedades del cuerpo y del alma. La palabra siempre ha de ir acompañada de gestos. Los gestos, los hechos también «hablan» de la buena noticia del Reino. Una vida que nos responde a lo que se predica no convence. La preocupación por las necesidades del prójimo siempre ha formado parte del anuncio evangélico; con una unión indisoluble.

Y un tercer aspecto resalta el narrador del evangelio: la pobreza de medios. Llevan «para el camino un bastón y nada más» Con frecuencia nos frenamos en muchos proyectos porque no tenemos medios, porque «así no podemos». El mensaje de Jesús, como casi siempre, va en otra dirección.

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