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Río Jordán |
La Palabra de Dios
se hace presente en la historia; en la historia de la Humanidad y en cada una
de nuestras historias personales y comunitarias. El evangelista tiene un
interés especial en subrayarlo y por eso la sitúa tanto en la perspectiva
universal (Imperio romano) como local y religiosa. La Palabra de Dios no es
algo atemporal, ahistórico y, mucho menos, no es neutral. La Palabra de Dios es
la propuesta de diálogo, de comunicación, de interrelación del mismo Dios con
nosotros. Y, por eso, se produce, actúa en el tiempo, en la Historia (con
mayúscula y con minúscula).
El ministerio de
Juan Bautista acontece en este contexto; él responde a la interpelación de la
Palabra de Dios y se lanza a predicar, a preparar el camino para el
acontecimiento más importante de la Historia de la Humanidad: la encarnación
del Hijo de Dios. Pero, como comentábamos en la celebración de ayer, de la
Inmaculada Concepción de María, Dios se quiere valer de nosotros para hacer
posible su plan: es la forma de actuar del Dios de la Biblia.
Preparar el camino para el nacimiento del Hijo de Dios es también allanar el "camino", la vida del prójimo. Y ésto es facilitarle la vida a los demás, no ser impedimento sino ayuda para nuestroa hermanos. Una buena manera de preparar nuestro corazón para el nacimiento del Niño.
ResponderEliminarSamuel