Nazaret |
Jesús, según la costumbre judía, asiste a la liturgia de la
sinagoga del sábado, junto con sus discípulos. Después de las lecturas bíblicas,
Jesús, seguramente en pie, como era costumbre, comenta dichos textos, y lo hace
con una sabiduría, con una profundidad, con una novedad que produce admiración
entre los que lo escuchan.
Pero esta admiración parece que no es general. Hay un grupo,
sin duda muy influyente, que busca desacreditar a Jesús. Se preguntan, o mejor
preguntan públicamente, en qué es diferente Jesús a los demás, para arrogarse
una dignidad que según ellos no le corresponde. Cómo va a ser el Mesías un
artesano manual, el hijo de una mujer sencilla, que todos conocen, igual que
conocen al resto de su familia. Produce escándalo la pretensión de Jesús.