Cúpula del santo sepulcro, Jerusalén |
El tríptico de los
últimos domingos queda hoy completado: Jesús es bondad (buen pastor), verdad (verdadera
vid) y amor (amor de donación). Los seguidores de Jesús estamos llamados a
hacer nuestras estas cualidades, a que definan la comunidad cristiana.
Los «mandamientos»
que debemos guardar para permanecer en su amor son su Palabra liberadora,
amorosa, su plan bondadoso para la persona humana. Jesús es el ejemplo máximo
de este amor, de este vivir el plan de Dios: «Éste es mi mandamiento:
que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que
el que da la vida por sus amigos» El
mandamiento es el amor: amar como Jesús, hasta las últimas consecuencias, hasta
la entrega de la propia vida.
Jesús no quiere una
Iglesia de siervos que su única misión es obedecer siempre, sin cuestionar
nada. El desea una comunidad de amigos, de personas libres, que aceptan la
Buena Noticia de Jesús y empeñan libremente su vida en llevarla a todos.
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