Sinagoga actual en Israel |
Pero las palabras no son suficientes, ni siquiera la Palabra
de Dios si ésta no va acompañada de unas actitudes existenciales. Jesús predica
pero también actúa. Está atento a las necesidades de los demás. Y cura, y se
opone al mal en cualquier forma que éste se presente. Jesús es la Palabra de
Dios hecha carne, hecha vida.
Hemos de descubrir la centralidad de la Palabra de Dios en
nuestras vidas, en la comunidad. Y cómo esta Palabra de Dios tiene más fuerza
que el mal, nos abre a las necesidades del prójimo, nos hace ser mejores y más
solidarios.
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