Volvemos
a «estrenar» un nuevo tiempo de Adviento. Durante todo este período se nos
recordarán, a través de las lecturas litúrgicas, las disposiciones que facilitarán
el acoger a Jesús que viene, al Hijo de Dios que quiere quedarse entre
nosotros.
Este domingo el evangelista Marcos nos hablá de vigilancia, de estar en vela. Hay que
estar siempre preparados; no se puede jugar con Dios y dejar lo que debemos
hacer para mañana. La venida del Señor será inesperada.
La
tarea que Dios nos ha encomendado es inmensa. No podemos «dormirnos» y esperar
que lo hagan otros: los políticos, los que tienen poder o las ONG. Cada uno de
nosotros es responsable de construir un mundo más justo. Hemos de comenzar por
nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo, nuestros vecinos, la
parroquia, el entorno social más próximo…; pero también tomando parte –en la
medida de nuestras posibilidades– en las decisiones políticas o sociales del
ayuntamiento, del partido político, del sindicato, de la organización u
organizaciones con las que colaboramos… Las posibilidades son muchas más de las
que pensamos.
Hemos
de mantenernos en vela, vigilantes. En el plan de Dios de un mundo más humano,
donde no haya exclusiones de ningún tipo y donde cada uno reconozca en el otro
a su hermano, a su hermana, el Señor cuenta contigo. No te puede encontrar
cuando venga holgazaneando, dormido o quejándote de que todo va mal…
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