Eucaristía |
Palabra de Dios |
Continuamos con la
catequesis eucarística que iniciamos el domingo pasado; el evangelista
clarificará lo que en el evangelio anterior estaba insinuado. Jesús habla de un
«alimento que perdura hasta la vida eterna», obviamente está hablando de la
Eucaristía: «Yo soy el pan de vida», afirmará. Pero, al mismo tiempo, está
relacionando esta realidad con la fe, con creer en Él, con escuchar su Palabra:
sólo así es posible participar plenamente del «pan del cielo»
La doble mesa de la
Palabra y de la Eucaristía, que fue subrayada en el concilio Vaticano II, es
una realidad única, inseparable, insustituible. En ambas Cristo se hace presente.
Su Palabra y su Carne son el alimento indispensable de la comunidad cristiana.
Sin ambas no hay liturgia, no hay Eucaristía, no hay Iglesia. La Palabra de
Dios y la Eucaristía deben ser amadas por la comunidad creyente y frecuentadas
con asiduidad; hemos de repetir convencidos: «Señor, danos siempre de
este pan»
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