La labor por realizar es inmensa, cuántas personas caminan
por la vida «como ovejas sin pastor», sin horizonte, sin sentido, hastiados…
Como seguidores de Jesús no podemos mirar para otro lado ante estas realidades.
Pero tampoco debemos caer en la tentación contraria de una actividad frenética,
sin lugar para el sosiego, el descanso.
martes, 17 de julio de 2012
Domingo XVI del tiempo ordinario - Mc 6,30-34
Jesús y sus discípulos también tienen necesidad de
descansar, es humano. La exigencia de evangelizar, de la preocupación por las
necesidades del prójimo, de la acción social, etc. no pueden derivar en
activismo estresante. Necesitamos como Jesús y los suyos, de vez en cuando, ir
«a un sitio tranquilo a descansar un poco» Eso no significa desentenderse de la
inmensa labor por realizar, sino dosificar los momentos de actividad y los de
descanso. Jesús, cuando ve la multitud que le buscan, es consciente de las
necesidades que tienen y las atiende, pero sin prisas, sin tensiones agobiantes:
«se puso a enseñarles con calma»
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