El cantico del «Magníficat», que entona María, es un texto
poético, preñado de constantes evocaciones del Antiguo Testamento, de la Biblia
Hebrea. La madre de Jesús nos presenta a un Dios que es grande y poderoso en su
misericordia, en el amor preferencial por el necesitado, por el pobre, por el
humillado. Esa también será la opción de María.
La comunidad creyente tenemos la oportunidad de mirarnos en
el espejo de María, de admirar y compartir su fe, de evangelizar como ella, de
tener una preocupación exquisita por las necesidades de los demás, de descubrir
un Dios todo amor.
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