Antes de la
experiencia de la resurrección de Jesús las actitudes de los discípulos son de
miedo e incredulidad. El encuentro con el Resucitado cambiará sus vidas. Ahora
el miedo se ha convertido en paz y alegría, y la incredulidad en fe profunda y
vida.
Nosotros, creyentes
actuales, somos invitados a participar de esta experiencia: «Dichosos los
que crean sin haber visto» El evangelista hace un guiño a los oyentes y
lectores de este evangelio, a todos los que no hemos contemplado a Jesús
resucitado, pero sí podemos participar de esa experiencia a través de la fe.
Todos somos invitados a experimentarlo con toda su fuerza transformadora:
nuestras vidas cambiarán.
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