¿Buscamos el aplauso? |
La comunidad
eclesial está llamada a seguir las huellas de su Maestro. Somos (o deberíamos
ser) los embajadores de la bondad, del bien, de la justicia, de la fraternidad,
del amor entrañable… Pero sin buscar la felicitación o el reconocimiento por lo
que hacemos. Eso no es lo importante, es innecesario, incluso, en muchas
ocasiones, es perjudicial. La Buena Noticia de Jesús, los valores del Reino, la
construcción de un mundo más justo donde el bien común sea la norma… es lo
importante; el que nos den las gracias, no. ¡Cuánto nos gusta el aplauso de los
demás!
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