El evangelio de Lucas narra la escena de los
pastores yendo al lugar del nacimiento de Jesús, después de recibir el anuncio
del evento.
Es aleccionador contemplar las diferentes
actitudes que la narración nos sugiere de los diversos personajes. Los pastores
«fueron corriendo» y después «se volvieron dando gloria y alabanza a Dios»; los
que oían la noticia «se admiraban»; y «María conservaba todas estas cosas,
meditándolas en su corazón»
Aún estamos celebrando la Navidad, la venida
del Hijo de Dios al mundo. Deberíamos preguntarnos si nuestras actitudes se
corresponden o se aproximan a los de los protagonistas del evangelio de este
domingo. ¿La Buena Noticia del nacimiento de Jesús me admira; me hace correr de
alegría; me impulsa a alabar y glorificar a Dios; me invita a meditar la
Palabra de Dios, a interiorizarla, a conservarla en lo más íntimo de mi ser? El
nacimiento de Jesús es una invitación a todos, sobre todo a los que nos
llamamos y consideramos creyentes, a cambiar de actitudes.
Gracias, Javier, por contagiarnos el entusiasmo por la Palabra de Dios. Que Santa María nos ayude a rumiar la Palabra y que esta se convierta en entrañable. Día a día.
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