Seguimos
con las parábolas del cap. 13 del evangelio de Mateo. En las parábolas de este
domingo dos de ellas continúan con el tema de la siembra y la tercera habla de
una mujer que amasa harina con levadura. Jesús es un gran pedagogo y sus
enseñanzas van dirigidas a mujeres y a hombres y, por eso, utiliza ejemplos en
sus parábolas con las que sus
interlocutores se puedan sentir identificados.
Las
tres comienzan con la misma frase: «El reino de los cielos se parece…» Jesús
nos quiere hablar de cómo es este Reino que ya ha comenzado aquí, pero que
alcanzará su plenitud en el futuro.
Nos
propone no hacer juicios precipitados sobre los miembros de la comunidad o de
la sociedad en general, de no caer en la tentación de condenar tan alegremente
como con frecuencia hacemos: «Al arrancar la cizaña, podríais arrancar también
el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega». Ese reino de los cielos
también «se asemeja a un grano de mostaza», primero muy pequeño, pero después
se convierte en un gran arbusto (no un gran árbol como eran los cedros del
Líbano), donde «vienen los pájaros a anidar en sus ramas», donde todos y todas
pueden cobijarse, sentirse acogidos. Pero, al mismo tiempo, se parece a la
levadura que una mujer amasa con tres medidas de harina (una cantidad muy
exagerada, equivalente a 40 Kg .);
la buena noticia del Reino, aunque parezca casi invisible o insignificante es
capaz de transformar el mundo, la sociedad, el corazón de las personas.
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