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Lago de Galilea |
Las circunstancias violentas del
encarcelamiento de Juan Bautista empujarán a Jesús a establecerse «en
Cafarnaún, junto al lago (de Galilea)». Dios también se vale incluso de las
injusticias humanas para hacer posible su plan salvífico. Decía santa Teresa de
Jesús: «Dios escribe recto en renglones torcidos».
La primera predicación de Jesús y
los primeros relatos de vocación, el evangelista los sitúa en este contexto.
Jesús llama a la conversión, al cambio de vida, «porque está cerca el reino de
los cielos»: una situación nueva exige una actitud nueva. La Buena Noticia del
Reino implica la liberación del mal, de todo mal, de toda injusticia; significa
estar atento e involucrarse en las necesidades del prójimo, en las «dolencias
del pueblo», «curarlas» a ejemplo del Maestro. Y para eso Jesús llama a sus
primeros seguidores, a Simón, a Andrés, a Santiago, a Juan...; como nos llama a
cada uno de nosotros y de nosotras. Es una llamada a predicar, a vivir, a
testimoniar la proximidad del Reino de Dios, en el que no habrá más injusticia,
donde será respetada la dignidad de todos y de cada uno/a, en donde todos serán
hermanos/as, hijos e hijas del único Padre común. Ellos «dejaron (barca,
familia, ocupaciones, etc.)... y le siguieron». ¿Qué estoy yo dispuesto a dejar
para hacer posible la cercanía del Reino?
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