A José no le importan los títulos ni los
honores ni su propio prestigio. Pero su labor callada, casi «invisible» es
necesaria, irremplazable en el plan de Dios. El hará las veces de padre de
Jesús, le cuidará, le alimentará, le educará, le enseñará a rezar, le
introducirá en la lectura y en el amor de las Escrituras, le enseñará su oficio...
Muchas de estas cosas las hará junto con María, su esposa y madre de Jesús, y
su tarea es insustituible. Cuantas cosas hemos de aprender de este gran hombre
en nuestro quehacer diario como discípulos de Jesús.
lunes, 19 de marzo de 2012
Festividad de san José - Mt 1,16.18-21.24a
José, el esposo de María (como es llamado en
los evangelios) es un personaje que pasa en todo el Nuevo Testamento casi
desapercibido. Sólo aparece en los relatos de la infancia, narrados por Mateo y
Lucas, y siempre como «actor secundario» Pero, ¿es alguien prescindible en el plan
de Dios para la Humanidad? ¿Su tarea se reduce a dar cobertura legal al
nacimiento de Jesús?
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